Archivo de la etiqueta: Familia Hernando de Larramendi

La dirección política de la Comunión Tradicionalista desde 1876 (1934)

Tradición (Santander)

01/07/1934

Melchor Ferrer

Al nuevo Secretario General en España, Don Manuel Fal Conde, digno continuador de los Jefes que la Real Confianza ha dado a nuestra Comunión.

Puede decirse que el Tradicionalismo Carlista no tomó carta de naturaleza como partido político hasta la Revolución de 1868. Fueron los hechos que empujaron al Carlismo a que interviniera en la vida política de la legalidad. No porque ésta fuera completamente abandonada con anterioridad a la Septembrina, por el Carlismo, pero éste gustaba más de los procedimientos bélicos, creyendo que para fracasar en las gestiones para reformar el Régimen imperante, bastaban las tentativas de Donoso Cortés, de Aparisi y Guijarro y de Cándido Nocedal, y los tanteos de Gabino Tejado y Francisco Navarro Villoslada; pero sin hacerse ilusiones sobre el resultado de estos generosos pero estériles ensayos.

No regateó, sin embargo, el Carlismo su ayuda a estas tentativas, antes bien, acudió con sus elementos y sus hombres. Los diputados carlistas, que lo eran de ideas pero que actuaban sólo como católicos, no faltaron en las Cortes de los últimos años de Isabel II, y los nombres de Muzquiz, Vinader, Fernández de Velasco, etc., dejan bien establecido que no dudaron un momento servir a España, bajo el caudillaje de los Nocedal y los Aparisi. Sigue leyendo

El nuevo rumbo político del carlismo hacia la colaboración con el régimen (1955-56) – (2009)

1955-1956 Hacia la colaboración

Trabajo de Mercedes Vázquez de Prada Tiffe.

(En relación al Secretariado Nacional constituido en 1956 la autora confunde a Luis Hernando de Larramendi con su hijo Ignacio Hernando de Larramendi en la p. 189).

En la década de 1950 la consolidación de la dictadura franquista vino acompañada de un agotamiento político de la línea de oposición desarrollada por Fal Conde desde el Decreto de Unificación de 1937. En este contexto Don Javier fue especialmente presionado desde los sectores projuanistas y filosivattistas de la Comunión Tradicionalista, que planteaban salidas totalmente divergentes a la crisis interna. Pero finalmente un Secretariado Nacional compuesto por antiguos miembros del aparato falcondista acabaría marcando una línea intermedia. Sigue leyendo

Luis Hernando de Larramendi

Real Academia de la Historia

Hernando de Larramendi, Luis. Madrid, 27.IX.1882 – 27.XII.1957. Secretario de Jaime (III), penúltimo pretendiente carlista al Trono español.

Estudió la carrera de Derecho en Madrid, abriendo bufete en la misma ciudad. Abogado de renombre, fue popular en la Juventud Carlista de Madrid. También se dedicó al periodismo: fue director de El Correo de Guipúzcoa, de San Sebastián, colaborador del semanario madrileño Juventud Tradicionalista y de El Correo Español. Orador profundo, sobrio y emocionante, en 1910 se presentó, en Oviedo, a las elecciones a diputado como candidato jaimista. Sinceramente germanófilo durante la Gran Guerra, permaneció, a pesar de ello, leal a Jaime (III).

Tras la escisión de Vázquez de Mella en marzo de 1919, Jaime (III) consiguió designar como secretario general político en España al germanófilo Comín, sucediéndole en agosto del mismo año el igualmente germanófilo Luis Hernando de Larramendi. Esto reveló que la escisión de los mellistas no fue sólo por su orientación germanófila, sino que pretendían unos objetivos políticos muy concretos, basados en la formación de una bandera tradicionalista en España sin condicionamientos dinásticos de ningún tipo. Sigue leyendo

Crisis del Tradicionalismo. Omisiones y desvaríos de Mella. La salud de la Causa (1919)

Fuente: Crisis del Tradicionalismo. Omisiones y desvaríos de Mella. La salud de la Causa, Luis Hernando de Larramendi, Imprenta y Estereotipia de “El Correo Español”, 1919.

Antecedente

Ni el concepto de tradición es otra cosa que actividad y vida, ni los tiempos permiten, en conciencia, la quietud y el marasmo. Como tradicionalista sincero, lo he entendido así siempre.

Por eso, cuando me convencí de que la Comunión Tradicionalista padecía un quietismo letal, irremediable para la modestia de mis fuerzas y circunstancias, lo primero que se me ocurrió fue escribir un libro; pero, no obstante haberle compuesto, no lo publiqué por repugnancia al escándalo de las nobilísimas masas. Sigue leyendo

El concepto de democracia en el carlismo (2015)

Trabajo de Josep Miralles Climent y Manuel Martorell Pérez

Fòrum de Recerca, nº. 20, 2015, págs. 163-185

2015 El concepto de Democracia en el Carlismo

Tal como ya habían hecho los liberales en el siglo XIX, el régimen nacido de la Guerra Civil no solo reprimió al carlismo que no se plegó a sus deseos sino que, además, trató de ocultarlo: «En efecto, hubo una cierta conspiración para silenciar la historia de este antiguo y amplio movimiento sociopolítico mantuvieron los liberales y también, muy significativamente, la cultura política oficial del franquismo». Y es que, a pesar de que existió una «relación tortuosa entre el viejo Carlismo y el Régimen de Franco a partir de 1937» (Aróstegui, 1991, I: 30-31), es bastante habitual considerar al carlismo asociado al régimen franquista y unificado en el partido FET y de las JONS, incluso entre historiadores consagrados. Por ejemplo, y pese a las nuevas aportaciones históricas realizadas en sentido contrario (Martorell, 2010 y 2014), Paul Preston defiende que el movimiento carlista aceptó «dócilmente incorporarse al partido único de Franco» (Preston, 2011: 634), y Stanley G. Payne (2010: 11), en el prólogo al libro Requetés. De las trincheras al olvido, dice que «cuando el generalísimo Franco insistió en la absoluta necesidad de alcanzar una unidad política estrecha para ganar la guerra, los carlistas aceptaron su subordinación política en el partido único». Pese a ello, la mayor parte de los testimonios recogidos en ese mismo libro, cuando hablan de la unificación y de Franco, lo hacen, a veces con desprecio, rechazando precisamente ese proyecto político autoritario. Sigue leyendo

Nuevas aportaciones históricas a la evolución ideológica del carlismo (2000)

nuevasaportacioneshistoricasalaevolucionideologica

Trabajo de Manuel Martorell Pérez (2000).

«He aquí un ejemplo: siguiendo la trayectoria de la cúpula tradicionalista de los años 30, se evidencia que de los 26 dirigentes estudiados solamente siete -José Roca y Ponsa, Luis Hernando de Larramendi, monseñor Pedro Lisbona, Miguel Junyent, Eustaquio Echave Sustaeta, Jesús Comín y Lorenzo María Alier- llevaban sobre sus espaldas el peso de la continuidad, es decir, eran carlistas «viejos», jaimistas, que habían aceptado la evolución ideológica iniciada por Carlos VII y continuada por Don Jaime» (p. 104).

Listas electorales del Partido Carlista: Segundo partido que las hace públicas (1977)

(N. de la R.: Cuando el Gobierno Suárez convocó en 1977 elecciones a Cortes Constituyentes, el Partido Carlista inmediatamente solicitó su legalización y anunció diversas candidaturas provisionales en todo el Estado español. Finalmente no pudo presentarse, ya que se puso como excusa que si bien sus estatutos eran correctos no se podía permitir la actividad legal de un partido cuya ideología era contradictoria con la Monarquía postfranquista de La Zarzuela)

Noticia publicada en Diario 16 el 17/03/1977.

MADRID, 17 (D16)- Con un alto porcentaje de empleados, administrativos y de abogados, el Partido Carlista (PC) presentó sus listas electorales provisionales. Es el segundo partido que lo hace, después del Partido Comunista de España (PCE). Ambos están pendientes de automación por el Tribunal Supremo, al que trasladó sus solicitudes el Ministerio de la Gobernación. En 35 ocasiones aparece en la lista la identificación laboral de candidatos como empleados y administrativos; 29 son abogados; 18, comerciantes e industriales; 15, obreros; 10, maestros; ocho, agricultores; siete, ingenieros, y otros siete, médicos. Cuatro veces aparece la palabra periodista en la relación. Uno de los candidatos es procurador en Cortes, Gabriel de Zubiaga Imaz, familiar por Guipúzcoa, y en la relación figura un antiguo Jugador de fútbol, Gabriel Alonso Aristiaguirre, candidato por Madrid. El secretarlo general del PC de Euskadi, Mariano Zufía, se presentará por Vizcaya y Navarra. El secretario general del PC de Catalunya, Josep Badía, por Barcelona; el secretario general del PC de las Islas, Josep María Bearnés, por Baleares; el secretario general del PC de Castilla y León, Eufemio Díez-Monsalve, por Valladolid; el secretario general del PC Gallego, Manuel Regó por Orense, y el secretario general del partido, José María de Zavala, por Madrid. Sigue leyendo

Cristiandad, tradición, realeza (1952)

1952LarramendiCTRObra escrita en 1937 por Luis Hernando de Larramendi con el título original de El sistema tradicional. Sin embargo la dictadura franquista impidió su publicación, que solamente fue posible en 1952 tras un cambio de título para burlar la censura.

Cristiandad, tradición, realeza, Calamo, Madrid 1952, 227 páginas. Índice: Prólogo, Revolución, Política, Tradición, Legitimismo, Nación y Estado, La Patria, Formas sustanciales, Dictadura, Monarquía electiva, El rey, Aristocracia, Constitución. Sigue leyendo

La requeté – sinécdoque de Edgar González (2006)

2005ÓleoMártiresTradición

11/04/2006

Manuel Martorell

Hace solo unos días nos dejó Simón Sánchez Montero, histórico líder comunista español. Sánchez Montero conocía y respetaba a los carlistas por una sencilla razón: tuvo que compartir celda en las cárceles franquistas con ellos. Algo parecido pasa con Santiago Carrillo y Dolores Ibarruri “La Pasionaria”, por cierto, esta última de familia carlista, igual que el dirigente del PSUC e impulsor de Cristianos por el Socialismo Alfonso Carlos Comín. Pese a sus posiciones ideológicamente enfrentadas, compartieron con ellos la lucha contra la dictadura franquista. Mucho más lejos fue Jesús Monzón, reorganizador y estratega del PCE entre 1940 y 1945, empeñado en que los carlistas se sumaran a su Unión Nacional contra Franco y la Falange. De esta época son algunos de los informes del maquis que actuaba en Navarra advirtiendo a la dirección del PCE sobre los prejuicios existentes hacia los requetés y considerándoles gentes que se podían atraer al campo de la libertad y el socialismo. Sería interesante comparar estas opiniones del carlismo con la visión simplista que de este complejo movimiento político presenta Edgar González Ruiz en sus artículos por internet ”Requetés y atrocidades del franquismo” y “Los requetés: tradición sanguinaria”, reduciéndolo a un grupo de crueles asesinos, “hipócritas” franquistas, miembros “emblemáticos de la ultraderecha internacional  y responsables en la Guerra Civil de los actos más horribles.  Sigue leyendo